martes, mayo 22, 2007

Tom Peters: El mejor amigo y la peor pesadilla de las organizaciones

Thomas J. Peters nació el 7 de Noviembre del 1942 en Baltimore. Estudió ingeniería civil en Cornell University y después economía en Stanford University donde ha obtenido un M.B.A. y Ph.D. En 2004 ha recibido un doctorado honorario de la Universidad Nacional de Management de Moscú. Se ha convertido en uno de los personajes más influyentes del mundo del management. Y asegura que la mejor manera de sobrevivir en el ámbito de los negocios es la destrucción y reinvención constante de las culturas organizacionales.
Tom Peters (1942-)
Ha servido en la marina de los Estados Unidos entre 1966-1970. Ha trabajado en la Casa Blanca entre 1973-1974 durante la administración de Nixon.
En el período 1974-1981, ha trabajado como consejero en management en McKinsey & Company, convirtiéndose en uno de los miembros y lideres. En 1981, se independizó.
Es un precursor del management de los negocios desde los años 70 hasta hoy. Saltó a la fama tras la publicación de "En Busca de la Excelencia" en 1982, un libro en el que incitaba a los dirigentes a enfocar los negocios de un modo radicalmente distinto.
La revista Fortune llamó a Tom Peters el Ur-guru (gurú de los gurús - ámbito Management)) de la dirección y lo comparó con Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau, Walt Whitman y H.L. Mencken. The Economist lo etiquetó como Uber-guru. Y su innovadores puntos de vista hicieron que Business Week lo describiera como "el mejor amigo y la peor pesadilla de los negocios."
La tesis central de su último libro gira en torno a esta idea y sobre la necesidad de innovar, arriesgarse, reinventarse. Peters asegura que nos encontramos en la edad de la astucia, la rapidez y la sorpresa y frente a esto su consejo es: Re-imaginar!
El gurú del Management expuso todas sus ideas en un texto lleno de colores, cuadros de texto e imágenes en donde aplicó el mismo concepto que el propugna ¡Ha llegado la era de la estética! ¡Manda el diseño! Siguiendo con su particular estilo explica que ya no manda la materia sino que hoy manda la imagen. Los activos de las empresas reposan en el valor agregado que ellas proporcionan. Y para explicar este concepto se remite a lo que le respondió el CEO de Harley-Davidson cuando le pregunto que era lo que ellos vendían, quién le contesto que ellos no venden motos… venden un estilo de vida. Del mismo modo Peters explica esta idea de la siguiente manera: bienvenido a un mundo donde el "valor" (¡casi todo es valor!) se basa en lo intangible... no en objetos grumosos, sino en ficciones sin peso de la… imaginación económica.
Comentarios
Este libro (Re-imaginate!) es recomendado para todas aquellas personas que trabajan en el ámbito comercial y de marketing, tanto no profesionales como profesionales, universitarios, MBAs, gerentes y líderes de todo el espectro. Es entretenido y muy didáctico. En Chile se uso en algunos MBA como lectura obligada. Sugiero no sea obligada sino de ámbito autodidacta.
Acá sugiero revisar la web para aquellos que leen inglés: http://www.tompeters.com/
Sencillamente un libro sorprendente y muy visual..hasta el libro mismo es un invento nuevo para leer las locuras de Tom Peters que abren la mente a la imaginación:
¡Todo se debe re-inventar!

martes, mayo 15, 2007

¿Vivir como águilas que vuelan alto?

He avanzado en estos días leyendo como habitualmente lo hago y acabo de terminar uno de los tantos libros que leo en paralelo, titulado "Vivamos Divinamente la Vida" de John Ortberg, Editorial Vida , 2005. Gran parte de los capítulos son extraordinariamente aclaradores y de información relevante, al como vivir el día a día con gozo y alegría sin caer en el pesimísmo y mostrando a la gente real, que vive en un mundo real cómo puede encontrar el amor de Dios de manera tangible. Como dice el Pastor Roger Cunningham de la Viña - Las Condes (Santiago-Chile, www.vinalascondes.cl/), debemos vivir el día a día sobrenaturalmente pero de una manera natural. Cabe señalar simpre que los libros sólo nos informan y nos orientan, pero sólo la palabra escrita -la Biblia- nos transforma con su revelación de Dios y de la persona de Cristo.
A continuación transcribo, una parte del libro, que nos da claridad de algo tan simple pero muy profundo y revelador que ejemplifica la manera en que vivimos (ó no vivimos) el día a día (pág. 186-189):
Libro-Capítulo y Versículo Base
Isaías 40:30-31 (Reina-Valera 1960) 30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Volar, correr, caminar
Sí estás esperando a Dios estos días, has de saber que este pasaje de Isaías tiene una promesa maravillosa en cuanto a la espera. Debemos vivir estas palabras -volar, correr y caminar- una línea la vez. A veces montarás sobre las alas de un águila y volarás a lo alto. Es una imagen bellísima. Los ornitólogos dicen que las aves tienen tres métodos para volar. Uno es aletear: mantener las alas en continuo movimiento para contrarrestar la fuerza de gravedad. Los picaflores pueden aletear hasta setenta veces por segundo. Aletear te mantendrá en el aire, pero cuesta mucho trabajo. Es difícil, trabajoso. Yo paso mucho tiempo aleteando. Voy de un lado al otro, pero sin demasiada gracia.
Otro método es planear. El ave adquiere velocidad, y luego planea durante un rato. Es mucho más grácil que aletear, pero desafortunadamente no se llega demasiado lejos. La realidad, bajo la forma de la fuerza de gravedad, se hará notar muy pronto. Es lindo planear, pero no dura.
Y luego está el tercer método: volar alto. Hay muy pocos pájaros que pueden hacerlo, como por ejemplo, la águilas. Las alas de estas aves son tan fuertes que pueden atrapar corrientes de aire en ascenso, vientos termales que suben desde la tierra, y sin mover una pluma, vuelan mucho más alto que los demás pájaros. Se ha observado que las águilas pueden volar a ciento veinte kilómetros por hora sin aletear una sola vez. Sólo se dejan elevar por las columnas de aire en ascenso. (velocidad promedio entre 175 y 225 Km/hr y aveces sobrepasa el límite, en picada llega hasta 275 km/hr)
Isaías dice que para quienes esperan en el Señor vendrán tiempos de volar como las águilas. Puedes atrapar una ráfaga del espíritu. A veces en tu vida estarás en una época de vuelo espiritual muy alto. Quizá sea así ahora mismo. Te encuentras sustentado por el poder de Dios, nada más. Estás volando alto con el Espíritu.
Otras veces no volamos, peros somos capaces de correr sin cansarnos. Si es aquí donde estás, sentirás que debes hacer un esfuerzo. un poco de aleteo quizás. Pero con persistencia y determinación sabes que permaneces en la carrera. Llegará tu momento. Nada más sigue corriendo.
A veces no podremos volar alto y no podremos correr. En esos momentos solamente podemos caminar sin desmayar. Y todo lo que podemos hacer es decir: "Dios, seguirá adelante. No abandonaré. Te obedeceré. Seguiré caminando".
Tenemos corredores muy veloces en el mundo. Tenemos algunas águilas que vuelan mucho más alto de lo que podemos ver. Es duro ser un caminante cuando nos rodean corredores y águilas. Pero a veces, caminar es lo mejor que tenemos para ofrecerle a Dios. El entiende eso. Y caminar también cuenta. Sigue caminando. Lo que esperamos no es más importante que lo que nos sucede mientras dura la espera. Es solo cuestión de tiempo.
CONCLUSIONES
(no son del autor del libro sino propias)
La pregunta de rigor que debemos hacernos es, ¿Donde estamos nosotros? ¿En que punto nos movemos? ¿Caminamos, corremos, aleteamos o volamos como águilas en ráfagas que encontramos del Espíritu de Dios? Difícil pregunta y aún más la respuesta pues cuando actuamos como gallinas que caminan o buitres y creemos ser águilas, no estamos preparados para responder estas preguntas.
Los buitres sea dicho de paso, para aquellos que no entienden nada de esto, hacen sus nidos en árboles secos y de baja altura. Se comen la carroña en el suelo y luego hacen un pequeño esfuerzo y trepan a una rama para hacer la digestión. Son aves de rapíña muy vagas. Al buitre le gusta la planicie, estar abajo. Al águila le gusta la altura, estar arriba. El buitre representa el inconverso y a la carne. El águila representa al creyente y al espíritu. Los buitres son aves gregarias, les gusta moverse en grupos o con el grupo. El águila no es una ave gregaria, se mueve sola o en pareja. El creyente no se mueve con los muchos del mundo, sino con los pocos de Dios.
Las gallinas son de abajo, las águilas son de arriba. La gallina es miedosa, el águila es brava, valiente y se sabe defender con su garras y pico. A la reina de las aves le gusta tener su reino en las alturas. Cuanto más alto asciende, más realza su realeza. Es símbolo de excelencia, poder y de nobleza.
El creyente-águila es llamado a ser radical en su guerra espiritual. No retrocede ante el enemigo, sino que avanza hacia él con la cobertura de Dios. El águila-David nos ofrece un buen ejemplo:
1 Samuel 17:48 (Reina-Valera 1960) 48 Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo.
Se ha dicho del águila que cuando va volando y se encuentra con una tormenta, se eleva por encima de la misma. El creyente-águila vuela por encima de los problemas, por encima de las dificultades, por encima de las flaquezas y por encima de todo lo que le sea contrario.
En Colosenses 3:1-3 se nos dice:
Colosenses 3:1-3 (Reina-Valera 1960) 1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde estáCristo sentado a la diestra de Dios.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.